Writen by
Hilda Strauss
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Antes de comenzar a hablar de tan impactante y bello libro,
debemos primero aclarar quién fue Enoc y cuál fue su misión designada.
Enoc fue un patriarca hebreo de épocas muy antiguas y nunca
se ha sabido verdaderamente a qué linaje corresponde, simplemente, que era un
protegido de los Elohim. Se le relaciona como familia directa de Abraham, como
hijo de ángeles, como familia de Caín y de Matusalén el Viejo, aunque no es
posible establecer exactamente el origen exacto de su ascendencia. Lo único que
se sabe es que los manuscritos más viejos del libro, hoy en manos del Vaticano
y de los hebreos etíopes, datan de hace 2.300 años, pero Enoc vivió muchos años
antes, entonces, aunque los papiros sean tan viejos, realmente son una copia.
Se dice que Enoc era un Elohim-Nifilim, es decir, un híbrido
entre extraterrestre y terrestre adaptado, y que su misión consistía en enseñar
de forma fácil la llegada de las almas a la escuela de la Tierra. Para esto
tendría que vivir tantos años como días tiene un año de nuestro planeta. Se
sabe que Enoc vivió 365 años y que, al final, simplemente desapareció, no
murió.
Ahora bien, hablando del Libro de Enoc, que puede decirse que
es un apócrifo del Antiguo Testamento y que su existencia es absolutamente
verídica, tan cierta como el Génesis o el Éxodo. No pertenece al canon judío
por cuestiones tradicionales, pero es admitido y contemplado por el Islam, por
los padres del desierto, donde se mezcla tradición cristiana con preceptos del
Corán, es estudiado por judíos doctos y es un libro sagrado para la Iglesia ortodoxa
etíope.
El Libro de Enoc es revolucionario: cuando lo leemos,
entendemos en ese momento que se trata de un relato de los llegados del
espacio, donde se explica con indiscutible claridad la existencia de los
primeros cuerpos adaptados, el cruce de los ángeles del espacio con las mujeres
de la Tierra, el nacimiento de los Nefilim, los seres angélicos azules del Polo
atlante que se degeneraron y que perecieron en la gran inundación.
En el libro se encuentran, además, escritos maravillosos
sobre el paraíso, la caída de los ángeles, los seres de fuego y los vigilantes
de las Ciudades Sagradas de Cristal. Existe también un gran contenido
espiritual que describe las características de cómo tendría que estructurarse
un individuo para ser el mesías, una descripción absolutamente elohim. Así
mismo, encontramos un capítulo entero de astronomía y de guías celestiales,
conocimiento que aun hoy se nos sale del entendimiento.
Todo lo de este libro es bellísimo, se abarcan temas
relacionados con la cuarta dimensión, maravillosas alegorías sobre los ángeles
de los 22 caminos y de los que vigilan la memoria, de los ángeles jueces y de
los ángeles bondadosos.
Se puede decir, entonces, que el Libro de Enoc es un regalo
para nuestra humanidad, un compendio exquisito de historia, tradición y
espiritualidad, profundamente lleno de enseñanza y amor por nuestra raza.
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