Writen by
Hilda Strauss
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En una época
de oro pasada, existían grandes pueblos tayronas y caribes, todos de
descendencia maya. De estas culturas no queda casi nada, pero en la Sierra
Nevada de Santa Marta encontramos al pueblo de los Hermanos Mayores, a los koguis.
Ellos han mantenido muchas de las tradiciones mayas y han pasado de generación
en generación sus conocimientos de magia, de naturaleza, de experiencia y de
actitud. Este conocimiento es una sabiduría sin palabras, que está exento del
afán de los tiempos modernos.
La Sierra
Nevada, un apartado montañoso de la Costa colombiana, es conocida por los
Koguis como el “Corazón del mundo”. Esto se debe a que su ecosistema es como
una pequeña representación del planeta, una maqueta donde coexisten de manera
maravillosa todos los climas: nieves, páramos, estepas, bosques, dos pequeños
desiertos, hay playas, hay selva, pero todo en miniatura, es como si la
totalidad de la realidad natural se concentrara en un solo punto.
De este
extraordinario lugar son los koguis, que cuentan con una sabiduría que
sobrepasa el tiempo, ellos realmente saben de equilibrio, de vivir con el orden
natural. El mejor ejemplo de esto es Ciudad Perdida, construida de tal manera
que se adapta al bosque, a la selva y a los ríos. Sus escalinatas y terraplenes
han visto el pasar de los siglos, sin ser ni medianamente destruidos por el
tiempo o las inclemencias del clima.
Ciudad
Perdida es una muestra diminuta de la adaptación ecológica de la vida humana a
la naturaleza.
Los Koguis,
herederos de la magia maya ancestral, nuestros hermanos mayores, saben hablar
con la tierra, pueden advertir el deterioro y nos avisan de las agresiones a la
Sagrada Madre naturaleza, Aluna.
Mucho podemos
aprender de esta constante búsqueda de los koguis por el equilibrio y balance
adecuado con nuestra Tierra.
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