Writen by
Hilda Strauss
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Todas las civilizaciones que han poblado el planeta, han tenido la costumbre de dividir el año en periodos de tiempo con el fin de organizar el trabajo y la secuencia anual.
Generalmente, para hacer la división del año se tienen en cuenta tres factores: la traslación del planeta al rededor del Sol, la rotación de la Tierra sobre sí misma y la traslación de la Luna en torno a la Tierra. Relacionar estos factores no es sencillo, pues el año no es exactamente divisible entre los meses. Afortunadamente, la humanidad ha solucionado este tema creando el día adicional del año bisiesto.
Si revisamos con detalle, a la Tierra le toma 365 días, 6 horas, 9 minutos y 54 segundos en darle una vuelta completa al Sol. Con la creación del año bisiesto, quedan años de 365 días y años bisiestos de 366 días, solucionando así el problema de la fracción adicional.
El año no siempre ha comenzado en enero, de hecho, era más común que iniciara en primavera o verano. Para los egipcios, por ejemplo, iniciaba con la primera luna llena después del solsticio de verano. En el Islam y para los hebreos se utiliza un año lunar de 354,33 días, correspondiente al año traslacional. Fue solo hasta el siglo XVIII que los países unificaron la idea del primero de enero como el inicio del año.
Ahora bien, los meses y sus nombres actuales vienen del calendario romano, que contenía inicialmente 10 meses: Martius, Aprilis, Maius, Iunius, Quintilis, Sextilis, September, October, November y December.
El nombre Martius viene en honor a Marte, dios de la guerra; Aprilis en honor a Aphrodita, la diosa del amor; Maius en honor a la diosa Maya y Iunius en honor a la diosa Juno. Aunque, personalmente, considero que este último es en honor al hijo del caudillo troyano Eneas, fundador del Imperio romano.
Los demás meses, simplemente, significan: Sestiles: sexto, Septembre: séptimo, October: octavo, November: noveno y December: décimo.
70 años después de Julio César, Numa Pompilio adicionó los meses de enero y febrero: Januarius en nombre del dios Jano y Frebruarios que proviene de ‘februa’, una fiesta de limpieza y expiación que se celebraba antiguamente en Roma.
En época de Julio Cesar, se cambió el mes Quintilis por Julio y luego el Senado exaltó a Augusto transformando el mes Sextilis por Augustus. Pero, hay que aclarar que Augusto fue calumniado por la historia al propagar la leyenda de que fueran agregados uno o dos días a su mes, quitándoselos a febrero, probablemente, debido a que Augusto solo corrigiera una confusión en la implantación del año bisiesto.
Fue verdaderamente complicado acomodar los días y meses para que el año evolucionara tal como está ahora, fueron tantas las reformas y los añadidos de meses embolismales y días intercalares, que aún hoy vemos un año imperfecto, que no corresponde a la armonización entre las fases de la Luna y la duración de la translación.
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