Writen by
Hilda Strauss
13:02
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Durante nuestra
historia, los científicos y astrónomos se han encontrado con enigmas que
desafían las leyes de la física y de lo que podemos llegar a imaginar con
nuestro conocimiento.
Uno de estos grandes
acertijos ha sido el avistamiento de una nave espacial que se produjo cerca del
planeta Mercurio en el año 2011. Lo más impactante de este descubrimiento es
que fue una casual coincidencia que quedó plasmada en varios archivos y
fotografías tomadas por una de las naves de la Nasa.
Grandes científicos
han analizado los archivos y, con su amplia experiencia en el manejo de la
maquinaria, han constatado que lo que aparece en las fotografías es, sin lugar
a dudas, una especie de nave. Es aun más innegable su autenticidad si se
observa su forma, que en ufología se conoce como “de sombrero invertido”, y su
descomunal tamaño, que correspondería a casi la mitad de nuestra Luna.
Los científicos no se
han atrevido a proponer una medida específica, pero coinciden en que sus
características de tamaño, sus particularidades de textura exterior y la
cercanía con el Sol la hacen un enigma de especial importancia. Un avistamiento
del que no nos hubiéramos percatado de no ser por la inesperada eyección solar
que reveló su forma y ubicación.
Justo después de dar
a conocer esta controversial noticia, se dieron toda clase de explicaciones
absurdas para tratar de atenuar el escándalo. Una de las hipótesis fue que el
objeto era el rastro del planeta Mercurio “en forma de ovni”, lo curioso de esta
teoría es el pequeño desplazamiento horizontal de la nave, que, si fuera el
rastro del planeta, seguiría en dirección del mismo. Increíble, ¿verdad?
Este hecho, que para
nosotros pareciera increíble, no lo sería tanto para seres muy avanzados.
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