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martes, 15 de diciembre de 2015

El fuego




El significado oculto del fuego

Del fuego se ha hablado bastante pero también se ha tergiversado mucho de su esencia espiritual al haber perdido el hilo entre las tradiciones y el concepto. Cada elemento que conocemos tiene un significado y una simbología particular. Aquí un pequeño resumen de cada uno:

-       La tierra es símbolo de la madre.
-       El agua es el símbolo del origen y del trabajo.
-       El aire es el símbolo de la enseñanza y de la comunicación.
-       El éter o la luz astral es símbolo de las dimensiones superiores.
-       El fuego es el símbolo del SER y del CORAZÓN.

Pero, entonces, si nos enfocamos en el fuego, ¿cómo podemos entender qué es en esencia? El origen y semillero del cosmos está en el fuego: una estrella es fuego, una galaxia es fuego, su formación es fuego y su muerte es fuego; en el centro corazón de cada ser viviente y de cada cuerpo estelar existe una llama que se comunica con el ser en el poder del corazón. El centro la tierra es fuego y es morada de grandes almas de nuestro planeta, allí están los grandes guías de las corrientes espirituales.

En el centro del cuerpo humano está el corazón, músculo de gran fortaleza que es símbolo de fuego y es símbolo de Atman. En cada célula se encuentra la memoria del ser, el combustible para la replicación y en el ADN está la memoria, que es la íntima relación que existe entre el fuego y el recuerdo de lo que somos.

Existe también un fuego mucho más sutil, una energía vital que tiene cauce en todo el cuerpo, un fuego espiritual que nos recorre el sistema nervioso; es el fuego espiritual de la evolución. Es un sistema poderoso y sofisticado que involucra al cerebro, la médula espinal, el sistema nervioso, la mente y la luz astral; es más adelantado que un millón de las más modernas computadoras, es una nanotecnología imposible de describir. El fuego espiritual es también materia y mente.

Toda la construcción espiritual de la humanidad está realizada con la base del fuego. En Babilonia, entre los mayas, en el culto de Aura Mazda, en los cierres de piedra de los druidas y celtas, en las catedrales europeas, en los templos budistas y en los santuarios de Rínzai Zen y Soto Zen en Japón está presente el fuego de corazón, ya sea en forma física o en la práctica. Es el fuego original del corazón que se replica en la disciplina espiritual de la especie humana.

Este fuego interno tiene relación con el sistema Shakti hindú y con las enseñanzas nahuatl de los mayas. Tiene relación con los templos de columnas en par de los egipcios y con los giros centrales de los sagrados sufis. Es la ciencia de los altares de las catedrales, las antorchas eternas de los templos interiores, las llamas de los caldeas y las tres llamas de los templos de Ilión y de Cartago hace seis mil años.

Es la enseñanza del alma escrita con fuego para que permanezca en la memoria, de las células y de la mente, es el fuego de nuestro cambio interior, el fuego del aura, el fuego ascendente de la evolución y el fuego del trabajo interior en la memoria de quien debe comenzar ya su camino del despertar.


Propiedad intelectual de Hilda Strauss. Todos los derechos reservados ©

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