Writen by
Hilda Strauss
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Las runas configuran el alfabeto de los grandes secretos y misterios de
la naturaleza, es el lenguaje cifrado con el que se escribieron los arcanos de
luz de los grandes iniciados, quienes dieron vida a las viejas civilizaciones
subpolares. Las runas son letras, letras tomadas de la naturaleza, por eso,
pueden expresar conceptos como el de una flor pequeña o una galaxia lejana. En
las runas están las claves de la destrucción o transformación sicológica, en
ellas está la clave de la magia y el poderoso secreto de la meditación.
La
ciencia-runa nació en el Polo Norte, en aquellas ciudades sagradas que
habitaban los viejos padres, sabios, altos y azules. Conocidos como los Asess y
los Vánen, estos seres de
luz
fueron de altísimo desarrollo espiritual y llegaron para dictar este sagrado conocimiento.
Es así como se creó el libro nórdico sagrado Edda.
La ciencia de las runas, inscrita en la sagrada Edda, en cuevas, en piedras y en cavernas de las regiones polares
en Escandinavia, Groenlandia, Islandia, Escocia, Inglaterra y toda Europa, es
tan extensa como cualquier conocimiento mágico antiguo. Es tan grande como los
códices mayas, como las leyes del Egipto faraónico y tan enorme como los vedas
o las evoluciones de Teotihuacán.
Hace muchos años existieron en Europa los Viidkis o Viiris, personas
iluminadas, de memoria y sabiduría prodigiosa, que consagraban su vida a la
universidad de las runas, al conocimiento de la Edda. Ellos manejaban los elementos, veían, oían y podían conversar
con los elementales, con los maestros de la ley divina y con los custodios de
los grandes secretos naturales. Uno de los más famosos Viidkis fue Merlín,
quien era un ser
verdaderamente desarrollado, con los sentidos despiertos y en constante
corrección sicológica. Como él, había muchos en la antigua Europa. Podemos
también nombrar como personas iluminadas a los sacerdotes incas, los
náual o magos, sacerdotes descendientes de los mayas y olmecas, todos ellos
maestros de los misterios mayores de los planos superiores.
La palabra runa viene del vocablo irlandés “runi”, que significa “arcano,
secreto, misterio natural”. Cada palabra y composición de letras representa un
valor simbólico de elevado contenido oculto. De hecho, para nadie es un misterio
que todos los lenguajes, alfabetos e idiomas provienen de las formas naturales
rúnicas, que luego se transformaron en las lenguas y variantes que conocemos
hoy en día.
Las runas, propias de un lenguaje antiguo, complejo y completo,
representan varios conceptos que dieron origen a las distintas lenguas:
1. Tienen una
asociación natural ideográfica, es decir, corresponden a una forma natural o a
una posición del cuerpo.
2. Tienen una
pronunciación energética, es decir, cada letra puede ser perfectamente un
mantra Teeiuuazzz.
3. Como signo y
símbolo de fuerza, la runa tiene un significado oculto, una simbología secreta,
por eso, sus formas inscritas tienen el poder de los yantras y de los mandalas.
4. Las runas tienen una relación circular
y continua con las demás runas, de la misma manera que la tienen los hexagramas
del I-ching, son expresiones dinámicas que representan centros energéticos
naturales humanos y cósmicos de creación y proyección de energías.
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