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martes, 5 de julio de 2016

El evangelio de Judas




El Evangelio de Judas, que siempre se creyó falso, realmente existe y su veracidad ha sido comprobada por la ciencia al comparar la tinta y los documentos de la época.

Es verdaderamente especial, en él encontramos pasajes que relatan la estrecha relación entre Jesús y Judas Iscariote, y fragmentos que desmienten a Judas como el “malo de la película”. Él debía cumplir un papel en la vida de Jesús, que ha sido malinterpretado durante los últimos siglos.

Otro elemento muy interesante del Evangelio de Judas es el poder de Jesús que este relata, una potestad maravillosa que coincide con los grandes poderes de los yoguis.

Jesús tenía la potestad de tomar diversas apariencias o formas, podía adoptar la figura de distintas personas en un momento determinado. De aquí salió el famoso “beso de Judas”, pues, ¿cómo podía ser posible que las autoridades del momento no reconocieran al famoso Jesús y que requirieran que Judas lo señalara con un beso?

En varios pasajes de las apócrifos se habla claramente del poder de Jesús para asumir diversas apariencias, pero es en el Evangelio de Judas, en el texto, que esto se evidencia de forma perfecta.

Otro elemento evidente de los evangelios es que Jesús ya sabía que iba a ser entregado, casi como si leyera un libreto, y conocía el papel exacto de Judas. Desde la entrega por parte de Judas comienza a ser malinterpretado el misterio simbólico de la crucifixión. Esta se trata del camino crístico para lograr la iluminación. Cada paso, cada incidente, cada circunstancia es una enseñanza valiosa para desarrollarnos como personas.

Jesús era de otro mundo y su mensaje de redención es real, es reproducible en cada persona, es verdadero, como un “camino de vida”, como el tantra hindú o como el dharma budista. Por eso, él decía: “Yo soy el camino, la verdad y la vida, nadie llega al Padre sino por mí”. Estas palabras son reales, llegamos al Padre, es decir, a la luz de la conciencia, únicamente por el camino de la cristificación. Judas ha sido malentendido, Jesús ha sido malentendido y la crucifixión ha sido malentendida. Ha desaparecido la memoria de la correcta interpretación.

El mensaje de Jesús es bellísimo, es profundo y real, tiene relación con la cábala hebrea, con el budismo de la mente, se relaciona con el tao de la energía. El mensaje de Jesús es increíble, pero se ha quedado enredado en los dogmas y en las conveniencias de los últimos siglos. Jesús habló de energía, de perfeccionar la mente, de magia, de recuperar la memoria perdida, de todo lo que se relaciona con recuperar la perfección de la raza atlante o hiperbórea.

Jesús decía: “Sed perfectos como Dios en el cielo es perfecto”. Él, como ser superior, vino a decirnos cómo hacerlo. Jesús no era de este mundo y todos los seres que lo acompañaron eran seres de luz desarrollados.



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