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miércoles, 6 de julio de 2016

Feng Shui




El feng shui (pronunciado /fung tzu/) es una disciplina tan antigua como la cultura china. ¿Cuánto? Decir que ocho mil o diez mil años es realmente una imprecisión; puede ser mucho más lejana.

¿Cómo nació el feng shui? Como nacen las grandes ciencias: de la observación y la intuición, de la profunda comunicación con la naturaleza y sus ciclos. Por eso, su significado (“viento y agua”) es tan acorde con esta práctica, no hay nada más vital que el aire y el agua; son obligatorios y necesarios para la vida.

Los antiguos sabios de China observaron el comportamiento de la naturaleza y su relación con las plantas, los animales y el hombre, establecieron puntos en común y formaron guías con ellos. Esas pautas, esa observación y esas conclusiones es lo que hoy conocemos como feng shui.

Los antiguos comprendían la sabiduría del feng shui como la disciplina o el conocimiento para encontrar el sitio perfecto para vivir y, en esa medida, desarrollaron un sistema, también perfecto, en el que todos los factores, tanto energéticos como ambientales, son tenidos en cuenta.

Para lograr ese balance, los orientales estudian la energía o el “chi”, que es la energía que llena el cosmos y la naturaleza; la fuerza interior que emana de los seres. Tradicionalmente, esta energía era representada como un círculo que simboliza el útero, y cuando es fecundado, nacen dos fuerzas, la negativa y la positiva, de ahí el concepto del ying y el yang.

Esta noción es la base del feng shui, las fuerzas que están quietas y las que están en movimiento, así se analizan los edificios, las plazas, las habitaciones y todo lo que está relacionado con los espacios para la vida.

Como toda disciplina, tiene sus niveles y prerrequisitos, por ejemplo, si vivimos en un espacio pésimamente diseñado, es casi imposible generar una mejora a través del feng shui. No importa la cantidad de espejitos o análisis que utilicemos, hay espacios que solo se pueden mejorar con una reconstrucción.

Hay preguntas indispensables que nos debemos hacer si queremos implementar correctamente los lineamientos del feng shui, como: ¿dónde estamos ubicados?, ¿cuál es el diseño?, ¿cuál es la energía? y ¿cómo se manifiestan los polos de esa energía?; después, ¿cómo están dispuestos los espacios de la construcción?, ¿cuál es el tamaño y los colores de esos espacios?.

Como vemos, el feng shui no es solo decoración, es arquitectura, paisajística, estudio energético, observación del entorno y distribución de los espacios.



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