Writen by
Hilda Strauss
12:42
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Las corrientes espirituales son muchas y son incontables las tendencias y los aspectos que han resultado de cada trabajo espiritual. Por ejemplo, existe el método contemplativo, practicado por monjas y monjes, por budistas, brahmanes y hasta por pieles rojas; es el seguimiento pasivo de la fuerza espiritual interior; es la comunicación con el átman por medio de la contemplación interior. Este método es bellísimo, pero requiere años de paciencia y experiencia; es un proceso tan lento, que muy pocos alcanzan a desarrollarlo.
Otro método maravilloso y casi mágico es la compenetración con la naturaleza, practicado por los muinanes, los coguis, por algunos tibetanos y chamanes mexicanos, y también por muchas etnias del Amazonas. En este método los chamanes vibran en espíritu con toda la naturaleza, con la energía de la Tierra: en ese momento el chamán es árbol, es mico y guacamaya; es planta, tierra e insecto. En este instante de absoluta conexión, el chamán es el deva del río, el hada del lago, el alma de la selva y del desierto; pero también es espíritu de quienes lo rodean y de quienes están al otro lado del planeta. Este proceso es un ciclo cerrado en el que el amor es la única ley y verdad; es un método completo y complejo que requiere el absoluto sacrificio de toda la vida y la disposición de la mente al aprendizaje, al despertar de la sensibilidad, para llegar así a esta unificación absoluta.
Otra gran corriente es la del vacío, practicada por hinduistas, budistas zen, tantristas, yoguis y pieles rojas. Se trata de despejar la mente del ruido y del caos en busca de observar únicamente la luz y así llegar a la iluminación. Muchos han malinterpretado este método, tildando a sus practicantes de ateos o antirreligiosos, pero esto no es cierto, su meta es despejar tanto la mente, que lo único que quede sea la voz del Átman interior, sin distorsiones ni interferencias. Es un trabajo complejo y muy interno, profundamente espiritual. Las almas que se entrenan en este método son fuertes, amorosas y veraces, como lo fueron Buda, nuestro señor Jesucristo y tantos otros maestros que han divulgado el conocimiento de la evolución.
Una de las tendencias más utilizadas es el yoga, practicado por millones de personas alrededor del mundo, pero principalmente en India, China y Japón. Es una ciencia vieja y efectiva, que probablemente nació de las instrucciones de los vedas y los upanishads; tiene un origen remoto, que está más allá de la Tierra.
Existen varios tipos de yoga, entre ellos se encuentran:
- Bakti yoga: es el yoga devocional.
- Tantra yoga: es el energético.
- Kriya yoga: es el de los mantras profundos y de la mirada interior.
- Sutra yoga: es el de las verdades del universo, divulgado por Patan-jali, uno de los grandes yoguis del mundo.
- Hatna yoga: conocido también como el yoga de la gimnasia, es el más popular en Occidente. Puede también llamarse Asana yoga.
Cualquiera de los yogas anteriores puede desarrollar por completo la mente y el ser de cualquier persona, pero debemos entender que el yoga no es toda esa superchería que es tan popular en Europa y América; no es solamente sentarse en posiciones complicadas, juntar los dedos y decir “Ohm”. No, el yoga es riguroso y su practicante debe tener pleno convencimiento de lo que está haciendo y estar seguro de que nace del alma.
De estas grandes corrientes o tendencias espirituales han salido los guías y santos, maestros, santones, chamanes, filósofos, etc., inspirados por el mismo objetivo, que, resumido en dos palabras sería: “evolución y conciencia”. En esta filosofía nacen los conocimientos, las sabidurías, las reglas evolutivas, los procedimientos espirituales de toda índole y, a la vez, es el común denominador de todo; es lo que hace que sean posibles las coincidencias entre Jesús, Lao Tse, Mahoma, Rama Krishna y Agustín de Hipona.
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