Writen by
Hilda Strauss
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Existe un
mundo aquí y ahora que en nuestro normal estado de conciencia no podemos
percibir: un mundo que se desarrolla en paralelo a este mundo material; un
espacio y tiempo que transcurren en la misma realidad, pero que al pertenecer a
estados sutiles, tienen distintas leyes y se rigen por normas que no podríamos
comprender con facilidad. Existe la dimensión paralela o astral o Cuarta
dimensión o dimensión del tiempo, un universo mucho más habitado que el mundo
físico.
¿Pero existe
realmente una comprobación científica que evidencie la existencia de esta
realidad paralela?
Desde hace
muchos siglos yoguis, monjes de la India, santos y maestros han hablado de la
existencia de la dimensión del tiempo, han hablado de sus experiencias
extracorpóreas, del desdoblamiento, del acompañamiento de otras presencias o
del hecho de poder estar en más de una parte a la vez: Situaciones de los
mundos suprasensibles. Desafortunadamente al ser narraciones contadas desde la
experiencia personal no fueron tomadas como reales o científicamente posibles.
De hecho en nuestra historia encontramos con otro grupo de personas que se
dedicaron a hablar de la 4ta dimensión, en clave, y a hacer experimentos sobre
sus teorías: Los alquimistas. Entre ellos podemos destacar a grandes
personalidades como Basilio Valentín, Nicolás Flamel, Paracelso, María la
Judía, Raimundo Lulio, Yabir y Al – razí.
Ellos se refirieron permanentemente a la cuarta dimensión, al paso de
sustancias a otras coordenadas, hablaron del perfil espiritual de los
trabajadores de la alquimia y de los poderes sobrenaturales de quienes saben de
esta disciplina.
Los monjes
tibetanos, en su larga preparación para el Bardo, nos hablan también de esta
cuarta dimensión, un estado en el que podemos ver diez veces más que en el
mundo físico, una dimensión en la que pareciera que los colores hablaran, en la
que los colores y el espacio se movieran, un mundo en el que los pensamientos
adoptan formas y en el que los defectos toman perfiles y energías horribles.
Acercándonos
más a nuestra actualidad encontramos científicos de gran renombre que han
estudiado conceptos de Magnitudes, de Dimensiones y de Fuerzas y que han llevado
la teoría al campo de experimentación. Uno de estos grandes científicos fue
Albert Einstein, quien por ejemplo, instaló en un modelo matemático la
existencia de la dimensión del tiempo o cuarta dimensión y habló de mundos
paralelos y de los vórtices, desde el punto de vista de la física. Como él han
existido y siguen existiendo personas de gran talento dedicadas a este estudio
y que gracias a sus esfuerzos se ha llegado a conclusiones como la “unificación
de campos y de fuerzas”, se comprobó en química que las teorías de la
“transmutación” de los elementos sí es posible y se hicieron comprobaciones de
la “teoría de la relatividad y de la dilatación del tiempo”. La ciencia se ha
maravillado con los experimentos de destrucción y trayectoria de partículas
atómicas y moleculares, que de alguna forma han establecido estos fenómenos como
er irreversibles, pero que crean un registro.
Una de las
comprobaciones más trascendentes de esta época es que la Memoria no es solo
propiedad exclusiva del cerebro, como se pensaba antes, sino que existe en el
ADN de cada uno de nosotros. La humanidad sabe que la memoria biológica del
ácido desoxirribonucleico es indiscutible y que en sus moléculas se guarda
también un secreto, incluso de tendencias mentales. Esto se menciona desde hace
miles de años en los libros sagrados, donde se precisa que la memoria hace
parte de cada partícula elemental del universo y de nuestro ser.
Científicos y
astrónomos de todo el mundo, han quedado perplejos al descubrir que una
estrella o una galaxia, millones y millones de veces más grandes que nuestro
pequeño planeta, desaparecen ante sus ojos después de que son “tragadas” por un
agujero negro. Se han generado cantidad de teorías sobre este tipo de suceso,
llegando de manera unánime a la conclusión que existen dimensiones paralelas en
las que la estrella o la galaxia pasa lentamente a otra coordenada. Lo plantean
como lo más novedoso de la física, siendo que desde hace miles de años en los
libros sagrados aparece este mismo conocimiento.
Como ésta
existen muchas otras teorías que se han instaurado y que realmente son la
comprobación de lo que antes era considerado como magia.
Mientras
tanto todos los seres humanos nos desdoblamos en
las noches, unos de manera consiente y otros
no. Cada vez más vemos cómo los sucesos paranormales son aún más recurrentes,
como lo son los avistamientos de ovnis que por miedo preferimos negar su
existencia. Afortunadamente ya físicos de todo el mundo están comenzando a unir
el conocimiento espiritual antiguo con la física y con la astronomía, ya se
está hablando del híper–espacio y de la híper–geometría, dándonos cada vez más
luces frente a toda esta realidad. Definitivamente grandes avances para nuestra
humanidad.
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