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jueves, 14 de abril de 2016

El aura y el bioplasma



Hace ya varias décadas, dos científicos rusos, Davidovich y Valentina Kirlian, inventaron un elemento maravilloso, una máquina que hasta hoy hace parte de nuestro diario vivir: la cámara. En la actualidad, se le han hecho gran cantidad de estudios y experimentos, muchos de los cuales no han salido a la luz, pues han dado pie a resultados y teorías inesperados.

La cámara de Kirlian, al contrario de muchas otras, no tiene negativo, sino que, una vez se toma la fotografía, la cámara aplica una alta tensión eléctrica directamente sobre el papel fotográfico sensible y el revelado queda de una vez en este.

Gracias a este funcionamiento, las fotografías resultantes no solo son bellas, sino que revelan ciertos elementos que a plena vista no son evidentes y, por lo tanto, han sido desde su momento un motivo de escándalo y escepticismo.

Muchos han dicho que revela estados del cuerpo y el alma, otros, que revela la evolución, otros más, creen que es mentira. Pero algo de verdad sí revelan las fotografías de la cámara Kirlian: en este tipo de fotos se observa que los objetos inanimados emanan un resplandor pequeño, ordenado y constante, y que los seres vivos emiten un resplandor algo desordenado, más grande, con destellos en grupos y con ciertos detalles que dan la idea de aura, o al menos de parte de ella.

Muchos piensan que ese resplandor de las fotografías Kirlian, llamado también “efecto Kirlian”, es el aura, pero no es así, es apenas una minúscula parte de esta. Ese pequeño halo luminoso es la evidencia de la emanación energética de todos los objetos, entendiendo que el aura real es mucho más grande y con más elementos.

Por lo anterior, se le ha dado a la cámara Kirlian características y funciones que no posee, son observaciones en las que han faltado la objetividad y el rigor científico; pero tampoco se puede afirmar que no revelan nada. En las fotografías, esta cámara imprime en el papel algo más que el aura térmica, es, sin duda, un resultado espectacular y real.

En la actualidad, basados en el efecto Kirlian y otras investigaciones, se ha llegado a teorías magníficas, como el flujo energético constante que emana el cuerpo: la teoría del bioplasma, concepto altamente estudiado por grandes científicos, como el doctor Víctor Inyushin de la Universidad de Kazajistán. Él ha estudiado el campo de energía humana y dice que alrededor existe un campo de bioplasma energético, en estado iónico permanente; un estado distinto a los que conocemos de la materia.

Este doctor ha sugerido que el bioplasma energético puede ser un quinto estado de la materia, y lo ha dicho porque ha encontrado que los cuerpos emanan o despiden constantemente partículas energéticas.


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