Writen by
Hilda Strauss
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Lo que hasta
el momento se sabe de esta gran civilización perdida se ha extraído mayormente
de uno de los diálogos de Platón, el ‘Crítias’, que describe una isla que
existió frente a las Columnas de Hércules, identificadas hoy como el estrecho
de Gibraltar. De este diálogo se han generado un sinnúmero de especulaciones,
muchas de ellas ficción y exageración, pero en realidad podemos decir que lo
relatado es realmente una crónica idealizada de una historia que ya en su época
era antiquísima.
Entonces,
nacen las inquietudes: si lo que describe Platón es verdaderamente una
idealización de la Atlántida, ¿qué características reales tuvo esta
civilización perdida?, ¿dónde se originó, residió y en qué época?, ¿qué tan avanzados
fueron? y, sobre todo, ¿por qué desaparecieron? Estas preguntas solo pueden
contestarse con especulaciones y retazos de conocimiento que se han venido
descubriendo en las últimas décadas.
Hoy, podemos
afirmar que la Atlántida fue una civilización que existió hace miles de años,
de un avance tecnológico y grandeza que nuestra mente adormilada no puede
llegar a comprender y mucho menos imaginar. No fue un pueblo pequeño con
arquitectura y disposición parecidas a una antigua Roma o Atenas, como muchos
estipulan, sino que fue una majestuosa civilización, de gran tecnología,
poderosa y espiritualmente avanzada, que marcó una era en la historia de la Tierra.
No es posible
establecer la edad de la Atlántida. Memorias y conocimientos de los atlantes han
quedado atesorados en grandes civilizaciones, como lo fue en las culturas maya,
azteca, egipcia y sumeria, y en lugares tan alejados como las Bermudas, las
islas Canarias, la Antártida, las islas Azores, las Bahamas y otros.
Uno de estos
conocimientos maravillosos, que nos acercan un poco más a la verdad sobre la
edad de la Atlántida, son las piedras Ica encontradas en Perú. En ellas, una
civilización posterior a la atlante y muy anterior a la inca, habla de la era
de la Atlántida en cuatro periodos Kan Kín o Sol Amarillo. Esto correspondería
para nosotros a cuatro eras de Aries, que serían unos 96.000 años atrás. ¿Es este
un estimado mucho más cercano a la realidad? ¿Cómo saberlo? Además, esto nos
hace entender por qué el tiempo ha destruido casi por completo lo que quedó de
esta civilización perdida.
Los
investigadores de la Atlántida sostienen que es evidente su existencia a partir
de sus zonas o áreas de influencia en las tierras que tocan el océano Atlántico.
Y es cierto, todo aquello que se contacta con el Atlántico sugiere un misterio
de conocimientos muy viejos en civilizaciones perdidas. En ese sentido, podemos
afirmar que Platón no se equivocaba, pero que la ubicación de la Atlántida se
refería, de hecho, al actual océano Atlántico. Si abrimos la mente y tratamos
de comprender más acerca de las ideas que tenemos de la Atlántida, concluimos
que varios puntos se relacionan: el misterio de las Bermudas frente a la costa este
de Estados Unidos, el de las islas Bimini de las que habló Edgar Cayce, que pertenecen
a las Bahamas frente a Florida, las pirámides y construcciones de Güimar en las
míticas islas Canarias frente a África, las fotografías que tomaron los
submarinos soviéticos y americanos en las islas Azores frente a Portugal, en
donde estarían las mayores evidencias de la Atlántida, y las islas de Cabo
Verde, frente a Senegal, en África.
Adicionalmente,
la profunda relación en los textos sagrados y en la historia perdida de
Islandia, Groenlandia y el Polo Norte con toda la leyenda de Atlántida. Los mismos
mayas en México hablan de la gente gigante del mar, los sabios pálidos hijos de
los ángeles y las mortales. Si reunimos esta evidencia geográfica, nos damos
cuenta de que abarcamos gran parte del océano Atlántico. En resumen, Atlántida
fue una civilización que influyó en todo el mundo y afectó a todos los
continentes.
Volviendo a
las piedras Ica, podemos encontrar otros elementos clave para el entendimiento
de la civilización atlante. Vemos la perfecta unión de Argentina y de Australia
con la Antártida en la última gran glaciación, vemos el gran bloque de hielo
que formaban Canadá, el Reino Unido, Escandinavia y el norte de Asia. Se
destaca también el viejo continente de Mú, alargado en el Pacífico en donde hoy
es Hawái, y el enorme conjunto de islas gigantes que conformaban la Atlántida,
muy similar a lo que hoy es Polinesia u Oceanía. Las piedras también hablan de
la gran inundación o del deshielo de los polos, del aumento de las aguas del
mar, de los hundimientos y está dibujada la era del vapor y la lluvia
interminable. ¿Hablará de lo que nosotros conocemos como la época del diluvio?
Observemos por
último los mapas de Piri Reis de Turquía, en los que vemos algunas islas
agrandadas entre Centroamérica y España, y tanto las Canarias como las Azores y
las Bermudas tienen un tamaño enorme. Se distingue, además, una porción de
tierra que hoy no existe. Recordemos que Piri Reis son unos mapas turcos
misteriosos, muy viejos y exactos, y que al verlos se sabe que debieron ser
elaborados a partir de avistamientos aéreos.
Por todo lo
anterior, y por muchas otras evidencias que trataremos en capítulos
posteriores, podemos afirmar con certeza que la Atlántida existió hace muchos
miles de años en lo que hoy conocemos como océano Atlántico y que era un complejo
de islas gigantes y pequeñas similar a la Oceanía actual. Islas que no se
desplazaron, sino que se hundieron por el deshielo y la lluvia, quedando como
remanente las Bermudas, las Antillas, las Azores, las Canarias y las islas de Cabo
Verde.
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