Writen by
Hilda Strauss
10:53
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Desde hace
muchas décadas, viene circulando en los medios hablados, visuales y escritos
descubrimientos del supuesto “eslabón perdido”. Una noticia que se destaca es
la del descubrimiento del fósil de una hembra primate de más de 47 millones de
años, que, según los científicos, podía ser la base para estudiar la teoría de
que el hombre evolucionó del mono.
Pero la
anterior teoría es absurda: el hombre no evolucionó del mico, estos
descubrimientos realmente se usan para marketing. A simple vista, se puede
detallar que el espécimen, que sobresale por la forma de sus dedos, por los
talones y por sus uñas, no tiene ninguna relación con los humanos y que se
trata de un simple lémur-mono del grupo de los adapoides. Este descubrimiento,
como muchos otros, no es más que una publicidad disparatada para el montaje de
documentales, películas y programas de televisión.
Dada la
imposibilidad de la teoría del “eslabón perdido”, la comunidad científica ha
tenido que repensar y buscar nuevas alternativas para darle explicación a una
de las preguntas más formuladas: ¿de dónde venimos?
En estos
últimos años, ya no es tan absurdo ni mágico pensar que la teoría de la siembra
extraterrestre es plausible para nuestra humanidad, tampoco es absurdo
contemplar la teoría del ensayo fallido del mico, ni que seres superiores del
espacio exterior hayan preparado prototipos físicos para la encarnación de las
almas hace millones y millones de años.
En la radio
hemos mencionado en varias ocasiones a distinguidos científicos y premios Nobel
que concuerdan y soportan las teorías extraterrestres y que, sin miedo, lo
gritan a los cuatro vientos.
Ahora bien,
la evolución sí existe, pero nosotros no venimos del mono, esto lo dicen todas
las escrituras antiguas en lenguaje cifrado, lo dicen los libros sagrados en
simbologías y, aunque se ha ubicado todo esto dentro de la mitología, con los
años y las corregidas interpretaciones, se sabe la verdad del tema.
Ahora es común
asociar seres superiores con ángeles, memoria con ADN, luz élfica con
conocimiento microscópico, tiempo con viaje, estrellas agonizantes con portales
astronómicos de tiempo y espacio, rayos con curación, antenas y agujas con
comunicación, sonido que se devuelve con imágenes tridimensionales; todo esto
ya es normal para nosotros.
Cada diez
años nos presentan estos “eslabones perdidos”, pero la gente ya no se deja
deslumbrar con tanta facilidad y sospecha de las campañas de marketing.
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